martes, 28 de septiembre de 2010

Articulo de Opinión: CRISTIANOS POR LA HUELGA


A nadie se le debiera hacer extraño escuchar, a los cristianos de base, a los movimientos obreros de la Iglesia que apoyan esta huelga general, porque siempre hemos estado comprometidos, con los más desfavorecidos de la sociedad y con la clase obrera.
Afortunadamente son muchos los movimientos de la Iglesia como la HOAC y la JOC que a nivel nacional apoyan la huelga y se sitúan radicalmente en contra de las medidas que el gobierno toma en contra de los trabajadores y que suponen el mayor retroceso en los derechos de los mismos en los 30 años de democracia, también la Pastoral Obrera de distintas Diócesis o el Foro de Laicos en otras como Madrid, no dudan en posicionarse del lado de los que peor lo pasan y decir que están en contra de las medidas que este gobierno está tomando para salir de la crisis. No quieren la jubilación a los 67años, el recorte de las pensiones, la disminución de los salarios, la precariedad laboral y un despido más barato, ni todas estas medidas que afectan gravemente a los derechos sociales y laborales. Ninguna persona de buena fe, puede estar de acuerdo con las peticiones de los empresarios de reducir los costes laborales, de liberalizar el despido, de vincular los salarios a la productividad, de eliminar los trámites judiciales y de debilitar a los sindicatos.
Para hacer frente a la crisis no es necesaria la reforma laboral, sino dar soluciones a los problemas que la originaron que son la banca y los poderosos de este pais. Hay que seguir recordando que los culpables son ellos y no los trabajadores que la padecen.
Esta reforma laboral va más allá de las puras relaciones laborales. Se trata de romper el «nosotros», los lazos comunitarios, para que aparezca el individualista. Rompiendo la unidad solo quedará el trabajo precario, que deberán defender con uñas y dientes porque «los mercados» tienen nombre y apellidos pero no tienen corazón. De los pobres no se acuerda nadie.
La realidad es que por este camino, que se está imponiendo, se está destrozando la vida de las personas y crecen la injusticia y la inhumanidad.
La solución de los problemas del mundo del trabajo y de los problemas de muchos empobrecidos y excluidos, no pasan en absoluto por el tipo de medidas que se están adoptando, sino que hay que buscar caminos para que el modelo de producción sea otro, que permita vivir y cultivar la vida personal, cultural y social.
Los cristianos debemos participar activamente, en la vertebración de la sociedad. Es momento de la política: de la preocupación y la responsabilidad por los demás. Nuestro compromiso sindical, político, asociativo es más urgente que nunca. Un compromiso que lleve a que estas organizaciones coloquen en el centro de sus actividades y reivindicaciones a la persona, especialmente a los más desfavorecidos y que los hagan protagonistas de sus acciones y rompan el pragmatismo imperante.
Desde nuestro ser cristiano nos sentimos, identificados con la liberación de los más pobres, de los trabajadores y por eso debemos reflexionar y movilizarnos para crear una sociedad más justa, donde las personas seamos tratados con dignidad y frenar el camino emprendido que solo lleva a una sociedad que empobrece aún más a los más débiles y que rompe la comunión y la solidaridad. A la Huelga General el día 29 S.

Ginés J. Parra Córdoba. Almería, 25 Septiembre de 2010
Miembro de Comunidades de base de Almería.
Publicado en la Voz de Almería el 28 de Septiembre de 2010

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