(Articulo publicado en La Voz de Almería en Junio de 2010, que viene a colación hoy tras la partida de Antonio Felices.)
El
tres de febrero del 91, se traslado la imagen de San Luis Gonzaga
desde la Parroquia de Regiones, a lo que iban a ser los inicios de la
nueva Parroquia de San Luis, situada en el barrio del mismo nombre.
En un local de escasos metros, los bajos de un edificio junto a la
plaza de La Libertad, se instalo provisionalmente la Iglesia, sin
embargo este paso que debía ser casi efímero ha durado 20 años.
Esto no ha sido inconveniente para crear una comunidad no muy
numerosa, pero si muy solida. A pesar de los inconvenientes se han
bautizado casi 500 niños y han hecho la comunión unos 800. Una
Parroquia muy bien aprovechada, con solo el salón de la capilla,
donde se podían reunir dos grupos a la vez y otro anexo más
pequeño, ambos de alquiler, soportados con los esfuerzos de los
feligreses.
La
Parroquia siempre ha estado y sigue estando, al lado de la gente que
más lo necesita, no solo económicamente, sino también apoyando y
tratando de buscar soluciones, realizando apoyos a familias con
problemas y de forma solidaria defendiendo causas justas, como la
valiente apuesta de la ubicación de la oficina de extranjeros en el
barrio, que a la larga ha venido a demostrar que no traía problemas
y si beneficios especialmente para el colectivo castigado de los
inmigrantes.
No
sería justo hablar de todo esto, sin nombrar al artífice de todo
ello, a la persona que ha concitado tantos aciertos y a tantas
personas alrededor, que no es otro que su Párroco,
Antonio Felices Álvarez,
que tras 43 años de sacerdocio, con sus inicios en Sierro, su largo
tiempo en la Puebla de Vicar, lugar donde dejo una profunda huella,
llegó a San Luis, pasando aquí casi la mitad de su vida sacerdotal.
Llegar
hasta este momento de consagración del nuevo templo ha sido algo
largo y a veces tortuoso, han sido tres los solares destinados a la
Parroquia y tres los proyectos que hubo que realizar hasta este
definitivo, con una comisión que ha trabajado de forma continua por
la nueva Iglesia, informando de las actuaciones, realizando visitas,
inventando formas para recaudar fondos, siempre actuando con una
ilusión extraordinaria.
Ha
sido y seguirá siendo un lugar de encuentro, de refugio del que lo
necesita, de impulso para otros, de familia, de oración común y de
fiesta, aunque estas fuesen en medio de la calle por falta de
espacio, como cada Vigilia Pascual. Después de 20 años, habrá un
lugar donde poder circular sin tener que ordenar el “trafico” de
fieles, poder celebrar más sacramentos sin temor a la falta de
espacio, reuniones sin pedir turno y seguirá siendo como dice el
slogan de trabajo para el nuevo templo: “Cosa
de todos-Casa de todos”. Así
sea
Ginés
J. Parra
Miembro
de Comunidades de base. Almería, 22
de Junio de 2010