Me
siento indignado, ridículo y extranjero en mi propia tierra.
No
es que el programa de fiestas de Almería
2013, se prodigue en atractivos actos, mas bien todo lo contrario.
Pero bueno, entre tres o cuatro cosas, me dije iré a la inauguración
de la placa conmemorativa del 125º aniversario de la plaza de toros.
Tenia algunas razones: una mi afición taurina, otra podría ser
estar abonado mas de 30 años en el mismo lugar de la plaza, otra
sería mi afición a la fotografía y a tener documentada algunas
cosas que tienen valor e importancia desde mi óptica, claro está.
No en vano, tengo miles de fotografiás de nuestra feria taurina en
nuestra plaza y de otras decenas de corridas celebradas fuera del
ciclo estival.
Pues
bien con estas premisas, me dirijo a ver correr la cortinilla de la
placa y hacer alguna foto del momento, para el recuerdo. Llego con la
hora justa a la puerta del patio de caballos y me topo con un bien
adiestrado conserje municipal que me prohíbe la entrada y me espeta
que sin invitación no se puede entrar, no doy crédito y le pregunto
atónito ¿que esto como puede ser? Ya que viene anunciado en le
programa y no se advierte que sea necesaria invitación. Al oír
esto, otras personas de las que no me había
percatado, se acercan, ya que habían obtenido la misma respuesta y
estaban allí
compuestas y sin novio. Me
sentí enfadado, ofendido, ridículo...Si, es verdad soy un simple
almeriense de a pie, no tengo ni quiero privilegios. ¿Pero acaso
aquel acto era tan importante que cualquier ciudadano aficionado no
podía entrar? ¿Acaso pensaban que allí podría acudir cientos de4
personas y no cabrían? ¿Cual era el motivo real de impedir la
entrada? Desde luego mal favor, a la ciudad, a la feria, a la afición
y a la propia plaza.
Cada
vez mas pienso que es una ciudad cutre y cateta y me apena y me da
vergüenza porque es la ciudad en la que he nacido y en la que vivo
desde entonces. Sobre todo esto se aprecia en cuanto sales de ella y
ves que no en todos sitios son iguales. Un lugar no es o se hace así
espontáneamente, sino pro que los que la dirigen o gobiernan o bien
tienen poca altura de miras o porque quieren poco a esta tierra. Y no
tiene nada que ver con el signo político, recién llego de Bilbao,
San Sebastián y Vitoria en fiestas y no tiene nada que ver, tienen
raíces respetan su pasado y lo potencian, cuidan sus señas de
identidad, integran al foráneo en su fiestas y valoran sus
tradiciones.
Así
que fui expresamente a ver aquel acto que podía ser entrañable,
histórico y me volví a mi casa sin verlo, indignado sin poder hacer
mi foto y rechazado en mi propia tierra y de la que consideraba mi
plaza. Triste.
Gines J. Parra.
Ciudadano de Almería y aficionado taurino
1 comentario:
increible
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