Era
Agosto de 2004, nos comentaron que había una exposición en la
Escuela de Artes organizada por el CAF, de fotografías de un
canadiense llamado Norman Bethune, sobre la huida de población civil
de Málaga hasta Almería en Febrero de 1937. Tengo que reconocer mi
ignorancia sobre el tema, hasta entonces. Lo que allí leímos y
vimos, nos sobrecogió y nos sorprendió. ¿Como podía haber
ocurrido aquella barbarie en nuestra tierra y no saberlo hasta ahora?
Salimos de la exposición con el alma encogida, muchas fotos eran
impactantes, de las que hablan por si solas, nos detuvimos en una que
reconocimos rápidamente el lugar, era la esquina del Paseo con
General Tamayo, tres niñas solas y asustadas, con frío, se
cobijaban bajo la barandilla del Circulo Mercantil.
A
partir de ese día intente informarme del tema, hablar con personas
que conociesen lo que ocurrió y leer cuantos documentos pude
encontrar al respecto.
Norman
Bethune (1890-1939) era un cirujano canadiense,
que se desplazó expresamente desde Valencia
hacia
Málaga
con
su unidad de transfusión de sangre para socorrer a la población
civil que estaba siendo masacrada. Durante tres días él y sus
ayudantes socorrieron a los heridos y ayudaron en el traslado de
refugiados hacia la capital almeriense. Se internó sobre el fuego,
de aviones y barcos alemanes e italianos, que caía sobre las mas de
150.000 personas (mujeres niños y ancianos) que huian de las tropas
franquistas; cundió el pánico ante la represión y por lo que
decían los que acababan de llegar sobre los marroquíes
enrolados en las filas del ejercito nacional, “que
violaban a las mujeres, sin hacer distingos entre niñas, ancianas
y jóvenes,
para clavarles luego en el pecho su machete”.
Por
ello, muchos civiles optaron por huir por la carretera que no había
sido cortada, si bien estaba a merced de los bombardeos desde tierra,
mar y aire, utilizó su ambulancia para trasladar hasta Almería a
todas aquellas personas que peor estaban.
Posteriormente
a este “descubrimiento” fui leyendo y escuchando distintos
testimonios, cada uno de ellos mas sobrecogedor que el anterior. Una
mujer contaba: “Unos
salieron de Málaga con lo puesto, otros cogieron lo de mas valor,
que iban dejando por el camino para poder correr mas”.
Un
superviviente, dice que: “Ochenta
niños del orfanato esperábamos los autobuses para ir a Almería. Se
dio la alarma y un avión bombardeaba a baja altura, algunos
prefirieron quedarse en el autobús para asegurarse la plaza. Arrojó
bombas incendiarias, volvimos y encontramos nuestro equipaje y los
autobuses ardiendo: los que se quedaron estaban muertos, del grupo de
niños quedamos diez; de los demás y de los profesores no volvimos a
saber nada. Y los diez, juntos y solos, nos fuimos hasta Almería y
nunca
he olvidado a aquella mujer, herida por un obús, en medio de un
charco de sangre que amamantaba y abrazaba a su hijo de dos meses”.
Ana
Perez recuerda: “Los
bombardeos de los barcos...Hirieron a mi tía y a su madre, que le
atravesaron el pecho, pero no murió; mi tía todavía tiene
metralla. Todos gritaban y trataban de encontrarse, pero dieron una
voz de que los heridos se fueran a un coche y las metieron en el
coche. Y yo me quedé sola y me perdí...también nos ametrallaron
desde los aviones. Mis padres nos cubrían con sus
cuerpos...”
Almería fue bombardeada cuando estos llegaban el 12 de febrero de 1937.
Almería fue bombardeada cuando estos llegaban el 12 de febrero de 1937.
El 17
de febrero de 2008 pude participar en las marchas que conmemoran la
desbanda, desde Aguadulce hasta la Puerta Purchena, ahi estaban
algunos de aquellos que sufrieron dicha atrocidad, y lloraban al
entrar a Almería y ver las cuevas de Pescaderia donde decian muchos
se refugiaron. Y hace unas semanas pudimos ver un documental
“Pantalones a la Luna” que ha realizado la dirección general de
la Memoria democrática de La Junta de , elaborado principalmente con
algunas de las personas que aun viven y que sobrevivieron, creo que
viendo ese buen trabajo no es necesario contar nada más. Por todo
ello debemos conocer estos sucesos, romper este muro de silencio que
fue impuesto. Recordar que fue un genocidio donde murieron mas de
5000 personas, mas atroz que el tan conocido bombardeo de Guernika,
debe saberse y reconocerse.
Ginés
J. Parra Córdoba. Educador Social. Almería 21 de
Marzo 2014.
Publicado
en La Voz de Almería el 08 Abril 2014
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